martes, 20 de septiembre de 2016

LOBBY MAG.


LOBBY MAG.
Año XXVIII, 22 al 28 de septiembre, 2016
LA NOTA DE LA SEMANA: Parte Copa Cervezas de América
SUCESOS: La Ley Seca de los años ‘20
MIS APUNTES: Los masalas del Risthedar
EL REGRESO DE DON EXE: Locuras en el Elqui
BREBAJES: Las mejores aguas minerales del mundo
BUENOS PALADARES: Crónicas y críticas de la prensa gastronómica
 

LA NOTA DE LA SEMANA


 
PARTE COPA CERVEZAS DE AMÉRICA

Desde el 26 de septiembre y hasta el 1 de octubre, se llevará a cabo la quinta versión de Copa Cervezas de América, concurso que busca destacar, consolidar y reunir a la industria cervecera del continente.

En esta edición, el concurso contará con 1.040 etiquetas en competencia, además de conferencias y talleres enfocados exclusivamente en la educación en torno a la bebida que tendrán lugar en las instalaciones de la Universidad de Las Américas.

Las cervezas ganadoras serán elegidas por 48 jueces nacionales y extranjeros. “A medida que pasan los años, vemos cómo Copa Cervezas de América se consolida y es por ello que proyectamos superar la convocatoria registrada en años anteriores, ya que el interés por saber más de la cerveza, ha ido creciendo año a año", dijo Daniel Trivelli, Presidente del Grupo Cervezas de América, entidad organizadora del evento.

Asimismo, la actividad contará con una Expo en la cual los maestros cerveceros podrán interactuar directamente con proveedores de insumos, tales como botellas, tapas, cristales, equipos, maltas, lúpulos y levaduras. Además, habrá talleres de maridaje, de estilos y catas.

Entre las novedades está la “Conferencia de Cerveceros”, instancia que busca generar un punto de encuentro con los miembros de la industria. “Este año hablaremos  sobre  innovación y nuevas técnicas en la elaboración de cervezas. También sobre estilos y formulación de recetas atractivas para la industria y además, sobre negocios cerveceros y casos exitosos en Latinoamérica”, explicó Ricardo Solís, director académico de Grupo Cervezas de América.

 

SUCESOS

 
LA LEY SECA DE LOS AÑOS ‘20

La Prohibición o "Ley Seca", entró en vigor en los Estados Unidos en 1920, cuando se aprobó la Enmienda XVIII, una prohibición constitucional sobre la venta, producción, importación y transporte de bebidas alcohólicas (no así su consumo, algo similar a las leyes chilenas sobre la marihuana), promovida por los líderes de las iglesias protestantes. Justo antes de entrar en vigencia, el 17 de enero de ese año, se difundieron por todo el país las siguientes palabras del diputado de Minnessota, Andrew Volstead: “Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación. El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacías: las trasformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno".

La realidad fue otra y tuvo efectos nocivos ya que entró a los Estados Unidos alcohol por todos lados, principalmente desde Canadá, México y el Caribe.


Miles de Agentes Federales se encargaron de hacer cumplir la ley. Al poco tiempo de comenzar a aplicarse, se creó un debate en torno a los beneficios medicinales del alcohol, el que había sido recetado habitualmente para tratar una serie de dolencias. En consecuencia, se permitió a los médicos de Estados Unidos recetar el alcohol para fines medicinales. Durante este periodo se estima que los médicos entregaron más de 6 millones de recetas de alcohol. Se calcula que entre 1921 a 1930, los galenos ganaron alrededor de 40 millones de dólares de aquella época (500 millones de este año), recetando whisky.

Asimismo, como el vino sacramental era legal, ya que se utilizaba en iglesias y sinagogas, la petición de cajas de vino aumentó en millones. Las congregaciones de judíos se multiplicaron por 10, aparecieron multitudes de nuevos rabinos, lo curioso era que tenían nombres irlandeses o alemanes.

En México surgió "Agua Caliente" un balneario turístico con casinos, hoteles y tabernas a sólo 3 kilómetros del sur de Tijuana, lugar donde se ofrecían todo tipo de diversiones “con alcohol”. Se estableció la tradición del corredor turístico Tijuana-San Diego, aún vigente en nuestros días. Cuba también se convirtió en la isla de los americanos para beber alcohol y La Habana fue el centro de quienes huían del "régimen seco", donde el ron tuvo la oportunidad de cautivar a los americanos.

Uno de los mafiosos más famosos y operativos de esta época fue Al Capone, que fue el principal contrabandista de ron ilegal desde Canadá y controlaba la producción local del whisky Moonshine, un destilado que llegaba a tener una graduación del 95%. También controlaba las cervecerías y la mayoría de las destilerías desde Florida a Chicago. Sólo en Chicago, Al Capone tenía bajo su poder diez mil bares clandestinos.

30.000 personas murieron intoxicadas; 100.000 sufrieron lesiones permanentes como parálisis o ceguera, los homicidios aumentaron un 49% y los robos un 83%. Unas 270.000 personas fueron condenadas por delitos federales relacionados con el alcohol. La población reclusa se triplicó y más del 30% de los policías fueron condenados por diversos delitos como robo, extorsión y contrabando de alcohol.

Antes de entrar la Ley Seca en vigor, los americanos bebían whiskey, cerveza, vino y sidra, pero el contrabando introdujo grandes cantidades de tequila, ron y ginebra, cambiando los hábitos del consumidor, contribuyendo a cimentar la popularidad de estos licores que aún están vigentes. Los cócteles también tuvieron su momento de gloria en la Prohibición, ya que los destilados no eran nada agradables y muchos barman tuvieron la idea de mezclarlos con otros ingredientes para ocultar su mala calidad, logrando mezclas cada vez más populares entre la población.

La Ley Seca duró 13 años, 19 días, 17 horas y 32,5 minutos, hasta el 5 de diciembre de 1933. Una vez abolida, el presidente Roosevelt dijo: "Lo que América necesita ahora es un trago".

La historia no se repite, pero rima. (JAE)

MIS APUNTES


 
LOS MASALAS DEL RISTHEDAR

Convertir las lentejas en un plato capaz de romperle la cabeza a cualquiera, es sólo uno de los atributos de la cocina india, una que traspasó fronteras y cada día tiene más adeptos ya que más allá de la moda y de los beneficios del buen comer, la cocina india (no hindú –lo hindú es una religión-) atrae a cientos de comensales. Con una corta –pero fructífera- historia en Santiago, que comenzó con el novedoso (en sus años) Majestic de la calle Santo Domingo, decenas de locales han abierto sus puertas para ofrecer lo más significativo de una cocina que conquistó al mundo gracias a sus masalas (curries) y tandoori.

Como consecuencia del libre mercado, muchos indios llegaron en la década de los 90 a Iquique con el fin de aprovechar los beneficios de la Zona Franca. Algunos –con el tiempo- llegaron a Santiago a hacer negocios, a que la infraestructura de Iquique no era apta para emprender otro tipo de actividad que no fuera el comercio. En aquellos años la cocina india se conocía sólo por referencia y sólo algunos viajeros mundanos la había degustado en alguna parte del mundo. Ese origen tiene el Risthedar, un pequeño local de Providencia que hace un tiempo instaló una sucursal en Vitacura, más grande pero a la vez más compleja en su operación, prefiriendo personalmente –por ambiente y perfil- su locación original.

Hay que ser prácticos en la materia ya que tratar de aprenderse los nombres que tienen los platos indios es una larga tarea. Está bien saber del “naam” o de las samosas, pero obligar a conocer la carta en su idioma es sencillamente una tarea de largo aliento. Lo segundo es saber que en India la mayoría de su población es vegetariana, por lo tanto esta especialidad es una de las mejores opciones para deleitarse con platos sin carne (léase cordero y pollo).

En el Rishtedar lo saben y por ello tienen un servicio que explica todo en español. Vik Ram Thadani es el propietario y lo acompañan en esta aventura dos cocineros que poco o nada saben de español. Se especializan en la cocina de la costa de la india y los resultados son bastante buenos para los amantes de los picantes masalas. Claro está que en este sur del mundo, lo ofrecen en una escala del uno al cuatro. ¡Menos mal!, ya que aguantar el picor de sus preparaciones es toda una proeza.

Como no quería ahogarme con los picores, partí por lo básico. Ricas Samosas (empanaditas con comino rellenas de papas y verduras y acompañadas de una salsa de cilantro y menta, $ 3.800 las cuatro unidades) de rico sabor y consistencia. A su lado, siete champiñones con salsa blanca y castañas de cajú y cardamomo (4.600). Entre lassi (la bebida tradicional india preparada con yogurt) o vino chileno, opté por la segunda opción, un Tierra Noble sauvignon blanc de todo mi gusto.

Gigantes los naam, ese pan indio que ayuda a empujar: dos diferentes en la mesa: de ajo y de cilantro, grandes muestras de la gastronomía del Rishtedar. De fondo, y para placer, tres preparaciones entregadas el lindas ollitas enchapadas en cobre: pollo, camarones y lentejas rojas. Estas últimas (4.900), con especias indias y crema al curry, son un poema que incitan regresar sólo a comer sus distintas variedades. El pollo (6.300) macerado en salsas indias y los camarones (6.900) con salsas indias y coco, fueron acompañados de un buen y graneado arroz basmati (2.800).

Plátano frito con helados artesanales de almendra y pistachos (4.000), además de unas maravillosas bolitas de almidón de leche maceradas en agua de rosas (3.600) para un dulce y agradable final.

El lugar es cómodo y relativamente económico. Lo adornan figuras de la india y si bien no tiene la majestuosidad de otros restaurantes que ofrecen esta especialidad en Santiago, con el tiempo ha acumulado un público fiel que lo sigue. Una calle tranquila a pasos de Providencia le ayuda a mantener su ambiente y sus platos son sabrosos y suculentos, ideales para un almuerzo o una cena diferente. (Juantonio Eymin)

Rishtedar: Av. Holanda 160, Providencia, Fono 22231 3257

EL REGRESO DE DON EXE


 
LOCURAS EN EL ELQUI

Motivado por la curiosidad de los años, decidí regresar a Pisco Elqui, un pueblito enclavado en el valle del mismo nombre en la Cuarta Región. Me habían hablado de su magnetismo y había idealizado un pueblo con pseudo monjes, runas, hippies, meditación, días calurosos, noches estrelladas y cuarzo por doquier.

Hacía tiempo que no hacía un periplo de esta naturaleza. El viejo y andropáusico Exe visitando el gran valle de la espiritualidad nacional. Partí desde La Serena en una Van donde a varios veteranos de la Tercera Edad se nos había prometido un día de grandes experiencias en este lugar místico. Sin duda podía ser entretenido, y a días de regreso a la capital, pensé que sería una buena idea volver a esas tierras que conocí en mi agitada juventud.

Lógicamente no estaba todo igual. El paisaje ha cambiado. De la sequedad de mis años mozos a un verde intenso y una represa media seca que de verla da vértigo. Mi compañera de viaje en la van era una flacuchenta casi de un metro ochenta que parecía gringa pero era más chilena que las pantrucas. Soy diseñadora, me contó. ¿Y usted?

No sé. Pero como que me empelota y me emputece que una lola me trate de usted. Igual cosa que cuando me dicen “tío”. Le conté que era un cronista de la vida y que escribía artículos para algunas revistas de nicho (posiblemente pensó que eran revistas de los cementerios). Poco captó mi lenguaje y entendí que nuestra brecha generacional estaba a años luz de mis maquiavélicas y secretas intenciones. La larguirucha parece que entendió mi desazón y comenzó a tutearme así como me gusta. Linda ella. En el embalse Puclaro nos sacamos una selfie con su IPhone. –Te la voy a mandar, dijo. Yo pensaba que este regalito que había llegado del cielo me lo había enviado el Señor para  regocijarme con ella y con el Valle del Elqui.

Dormité un tanto mientras íbamos camino a Pisco Elqui. Ese pueblito se llamaba antes La Unión y fue la cuna de Gabriela Mistral. Visionariamente, Gabriel González Videla, en aquel entonces diputado y luego presidente de la República, consiguió -en1936- que el parlamento en pleno aprobara la moción de cambiarle el nombre al pueblo por el de "Pisco Elqui" y así poder hacer uso del concepto de la denominación de origen que favorecía al rubro del Pisco, a estas alturas ya absolutamente consolidado. Un resquicio legal afortunado, por decir lo menos.

Mi linda diseñadora, de piernas larguísimas y de alta prestancia me despertó llegando al pueblito. Sus casas, todas de un piso y como máximo de dos, le dan un aire campestre al lugar. Sus calles, llenas de chicas y chicos (en todas sus variantes: pelolais, raperos, punks, hipsters, pokemones –y sus cazadores-) y una variada fauna urbana. No sé la razón, pero mi sombrero Panamá les causaba risa. Varios vagaban con los ojos enrojecidos. Le pregunté a la flaca si era por el smog. Ella rió y angelicalmente me respondió que posiblemente era por la cantidad de cloro que le meten a las piscinas. “Deben andar con poca plata”, le respondí, ya que los veo haciendo sus propios cigarrillos. “Sin duda” me contestó, con una sonrisa entre labios que me llamó la atención.

El pueblito estaba lleno de turistas. Parecía el Costanera Center. Aparte de no existir ningún espacio para estacionar, los campings lucían repletos de gente con carpas, niños, nanas, quitasoles, toallas colgando y un cuantuhay. Los pocos restaurantes del pueblo, llenos de gringos y nacionales bebiendo cerveza y alimentándose con el “menú del día”. La canícula, como de costumbre, pegando fuerte y yo, con una sed tremenda me preguntaba en qué momento la agencia contratada para hacer el tour nos daba el tiempo libre necesario para comer y beber algo.

Comenzó ahí un peregrinaje por los alrededores del lugar para buscar algo de sombra y empezar nuestro ágape. La flaca, celular en mano, no se cansaba de tomar fotos de los atractivos del lugar. A decir verdad, el pueblito es tan chico que bastan diez minutos para regresar al punto inicial del recorrido. También ella se comenzó a aburrir y se atrevió a preguntarme si me gustaría beber una cerveza. Mi gaznate bramaba por algo líquido a esas alturas de la tarde. Mientras el chofer de la van pugnaba por conseguir pases para el tour que realiza Pisco Mistral en sus instalaciones ubicadas en plena plaza de Pisco Elqui, la flaquita y yo cruzamos la calle y nos bebimos una cerveza -única, grande y nuestra- (es lo que hay, nos contó el mozo), directo de la botella y en cosa de segundos.

Satisfecha la sed, llegó el hambre. Y como dice el refrán “donde fueres haz lo que vieres”, me vi en la obligación de comer un hotdog. Esos parecidos a los de las estaciones de servicio. Pan frío, una vienesa blandengue y chucrut de tarro, mayonesa de bolsa, ketchup de bidón plástico y una poco fiable mostaza. Lo acompañamos con una segunda chela, ya que ese día y a esa hora mis refinamientos culinarios se fueron al carajo. Escondimos las cervezas en unas bolsas de papel kraft y partimos a comer nuestro banquete a la plaza del pueblo, el único lugar con sombra que logramos encontrar. Así me vi, sentado en el pasto de la plaza, dándole una mordida al hot dog y bebiendo un sorbo de cerveza y así sucesivamente hasta terminar con el suplicio. Lía (así se llama mi flacuchenta amiga), busca algo en su cartera y preguntándome si quería fumar comienza a hacerse un cigarro con un tabaco medio extraño.

- ¿Tabaco de pipa?
- No Exe. Es una mezcla orgánica. ¿Quieres uno?

Lamenté no haber llevado mis adorados Partagás que acostumbro fumar después de las apetitosas cenas y me conformé con un humilde Marlboro que guardaba en mi saco. Lía tosió cuando el humo de su apestoso cigarro llegó a sus pulmones. Lo aspiraba como si fuera el último de su vida. Yo, lentamente fui fumando mi puchito mientras recogía la basura que habíamos dejado y buscaba un basurero para no dejar sucio el lugar. Frente a mi vista y a un costado de la tenencia de carabineros encontré un depósito de basura. Partí para allá y estaba cerrado con llave. Cierto. Primera vez en mi vida que veo un basurero con una gran cadena que imposibilita botar la basura. ¿Eso será lo que llaman turismo verde?

Tras dejar encima del basurero la bolsa con los desperdicios, regrese donde Lía. La noté algo extraña y con una sonrisa que emanaba paz.

- ¿Eres casado?
- A decir verdad soy viudo, le comenté, pero estoy casi comprometido nuevamente.
- Y la suertuda ¿cómo se llama?
- Sofía.
- ¡Qué lástima!
- ¿Por?
- Me caíste muy bien, dijo mientras posaba una mano sobre la mía y me daba un beso bien cuneteado.
- Pucha que lata -le comenté refrenando mis impulsos-, llegué treinta años tarde a esta cita con el destino.
- Cierto Exe. ¡Pero aun tiras tus petardos!, gritó mientras se paraba para acercarse al grupo que salía en esos momentos del tour por la pisquera, cada uno de los veteranos con una bolsita y un folleto en las manos.

Me quedé dos minutos sentado en el pasto reflexionando y saboreando la conversación. Me di cuenta entonces que ella estaba tan volada como los tipos de ojos rojos que divisé al llegar al pueblo y no pude dejar de sonreír. Me sentí rejuvenecido y renovado. Quizá por ello me gusta juntarme con jóvenes. A uno lo motivan, lo mantienen ágil y con la mente despierta. Mal que mal, los años se llevan en el alma.

Regresé del valle del Elqui con una runa colgando en mi pecho. Lía llevaba otra. Las compramos en una de las tantas ferias de artesanía que hay en la zona. El compromiso fue usarla hasta que el fino cordelito que sostiene la runa se rompa. Allí se apagará la ilusión. Mi quimera primaveral en la capital de los ojos rojos.

Desperté sobresaltado. Me había quedado dormido en el sillón viendo la Parada Militar. Busqué en mi pecho la runa que habíamos comprado con Lía en el norte y me percaté que todo había sido un sueño. ¡Pero qué sueño!... El valle, la flaca, el hot dog, el pito y la runa sólo estaban en mi afiebrada mente. A mi edad las locuras están en el subconsciente… pero algo es algo.

 

Exequiel Quintanilla

BREBAJES


 
LAS MEJORES AGUAS MINERALES DEL MUNDO

Solo en sitios recónditos donde aún no llega la contaminación se puede embotellar un agua exquisita y purísima destinada a los más sibaritas. Aquí le presentamos las 15 mejores aguas del mundo.

 
ANTIPODES
 
Esta agua de la Bahía de Plenty, en Nueva Zelanda, se extrae de un acuífero situado a unos 300 metros de profundidad. Es  agua muy pura y con alto contenido en silicio. Su origen se debe al neozelandés Simon Woolley que la comercializó en la zona con un resultado excelente para hacer competencia a las aguas europeas, y de ahí saltó a todo el mundo por su calidad.

 



BLING H20
 
Es una de las aguas más caras del mundo. Llega desde Estados Unidos, de un manantial de 800 metros de profundidad en el parque nacional de Smokey Mountains en Tenesse. Está tratada con ozono y microfiltrada y se comercializa en botellas de cristal de distintos colores y con tapón de corcho. También se ofrecen series especiales y muy exclusivas con botellas decoradas con cristales de Swarovski, que puede costar más de 350 dólares cada una. Ha conseguido varios premios y famosos como Mariah Carey, Shaquille O’Neal o Paris Hilton no se han resistido a ella.

 



CHATELDON

Una de las aguas más antiguas del mundo y ya en el siglo XVII se destinaba al abastecimiento del Palacio de Versalles para la corte de Luis XIV. Procede de cinco manantiales del municipio francés que le da el nombre y que es muy famoso también por sus vinos de gran calidad. Se trata de un agua con gas muy rica en calcio que brota en una antigua área volcánica a una temperatura entre 10 y 14º C.

 

CLOUD JUICE

Esta preciada agua proviene de la isla de King, al noroeste de Tasmania, al sur de Australia, un lugar ausente de contaminación. Es un agua muy pura que se recoge procedente de la lluvia en unas instalaciones diseñadas con tejados inoxidables y se almacena en depósitos. Antes de embotellarla se filtra y se esteriliza. Es considerada como una de las aguas más puras del mundo ya que es 35 veces más pura que los estándares de la OMS.

 

 
 
FIJI

Es un agua originaria de Vitti Levu, la isla más grande de las Fiji, el paradisiaco archipiélago del Pacífico. Es muy pura ya que proviene de la lluvia que se filtra a través de las rocas volcánicas donde se conserva con toda su pureza ante la ausencia de contaminación en la zona. Es un agua rica en silicio, un mineral beneficioso para la piel y el pelo. Es un agua que han puesto muy de moda actores como Tom Cruise, Cameron Diaz, Nicole Kidman, Eva Longoria o Halle Berry.

 



FILLICO

Tiene su origen en Japón, muy cerca de la ciudad de Kobe en la isla de Honshu. Kobe es uno de los lugares más importantes en la elaboración del sake y famoso por los bueyes de tan apreciada carne.  El diseño de la botella termina con un tapón en forma de corona, está decorada con cristales de Swarovski y finalizada a mano. Fillico sólo produce 5.000 botellas al mes y las distribuye a un precio de unos 130 dólares.

 

FINÉ 

Es única por su composición mineral, por sus propiedades con una gran concentración de silicio. Su origen está en el cinturón volcánico de Fuji, en Japón. Llega como agua de lluvia para pasar por la roca volcánica, donde se nutre de minerales antes de llegar a un acuífero situado a 600 metros bajo la superficie. Este proceso le lleva cientos de años y se conserva completamente pura.

 

ISKILDE

Un agua que mana en altas montañas danesas desde un manantial descubierto en 2002 que se encuentra a 50 metros de profundidad en un glaciar que la mantiene a muy baja temperatura. Presenta una mineralización débil pero un alto nivel de oxígeno.

 

KAROO

Proviene de África, de un oasis cerca de las montañas Paardeberg, cerca del Cabo de Buena Esperanza. Esta agua ofrece una mineralización débil y muy baja en sodio. Karoo es el vocablo que en la lengua indígena significa ‘lugar de sed’.

 

LAUQUEN

Procede de la Patagonia argentina, de un acuífero montañoso subterráneo a más de 530 metros. Es fruto del deshielo y lluvia que es naturalmente purificada en la Cordillera de los Andes desde donde emerge a 3º. Se asegura que no entra en contacto con el aire en ningún momento.

 

OGO

Es un agua con una alta concentración de oxígeno por lo que es considerada como una bebida energética y muy apreciada por los deportistas. También es apreciada por su baja concentración de sodio. Su botella, redonda y creada por el diseñador francés Ora-ïto imita a una burbuja de oxígeno.

 

SPEYSIDE GLENLIVET

Agua que se embotella en los manantiales de Speyside, en Escocia, una zona conocida por la elaboración de los mejores whiskys. Agua y whiskys conviven en este lugar desde hace más de 200 años, la primera como ingrediente básico para el mejor de los licores. Speyside Glenlivet es un agua con un contenido muy bajo en sales minerales.

 

VOSS 

Es un agua procedente de un acuífero noruego que se encuentra protegido bajo roca y hielo, y destaca por su gran pureza. Es muy baja en sodio y está indicada para combatir problemas de hipertensión.

 

420

Es el agua volcánica que nace en el extinguido volcán Tai Tapu en Nueva Zelanda. Es un agua que emerge de 200 metros de profundidad y que tarda varias generaciones en salir a la superficie. Es baja en minerales.

 

10 THOUSAND B.

Procedente de un glaciar canadiense, situado a 320 kilómetros de Vancouver, y a cuyo manantial solo se accede a través del Océano Pacífico. El agua se recoge antes de que entre en contacto con el suelo prácticamente como vapor de agua. Presenta una gran concentración de sales minerales.

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA
WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(SEPTIEMBRE) TRATTORIA DELLA PIAZZA (Sucre 1421 / 23271 0807)”…pizzas de masa delgada y cantidad justa de queso. De las devoradas, hasta sus bordes: la mejor, Del huerto, con pimentón, zucchini, berenjena, cebolla ($7.590). Bien también la Prosciutto e funghi provenzal, con espárrago (mínimo, ojo), jamón crudo y champiñón París ($9.900), y la De Perugia, con jamón crudo, tomate seco y rúcula fresca ($10.900).” “Lo otro que tienen son pastas frescas -tagliatelle, fettucine o tagliolini, tres grosores para pasta larga-, hechas al minuto y a punto. La más ingeniosa y digna de repetición fue una con pesto de betarraga ($6.990), realmente única. Bien por la apuesta.

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(SEPTIEMBRE) DA CARLA (Nueva Costanera 3673, Vitacura / 22206 0892): “Y, cosa meritoria en un país amigo de arroces blandengues, el risotto Mediterráneo ($17.800), hecho con un arroz Vialone Nano, estaba al dente. Pero, ay, demasiado al dente: ese arroz hubiera estado contentísimo de que le hubieran dado 3 o 4 minutos (no más) de cocción adicional, y los hubiera soportado sin perder ni un ápice de su calidad. Y estamos seguros de que también hubiera estado feliz con un grado mayor de soposidad: el risotto debe derramarse sobre el plato, no aglutinarse en él.” “El punto alto fue un postre: la revisitazione del Affogato ($6.900), presentado elegantemente con un vasito con el café y otro adicional con amaretto, más unos biscotti quebrantamuelas de almendra (con no comérselos...).” “Resumen: cuidado, atención al detalle. Servicio impecable. Ojalá no hubiera tanto garzón operático y estentóreo que canta, demasiado pródigamente, coplas.”

MUJER
PILAR HURTADO
(SEPTIEMBRE) LOBO BRASSERIE (Av. El Rodeo 13332, Lo Barnechea / 23221 7990): “Al llegar nuestra otra amiga pedimos, también a sugerencia del mozo, unas croquetas fritas de pescado que no eran especialmente buenas. Antes habían traído pan en bolsita de papel, algo lindo y original, con paté de cortesía. Como fondos, mi amiga que había ido antes me tentó a pedir el pato, con nabo estofado y puré de camote, que ella probó la vez anterior y le gustó. Estaba rico y gordito el pato, bien hecho y rosado al centro. El puré de camote venía en un pote aparte, parecía papilla de guagua pero estaba sabroso (podría tener una mejor presentación). Esto último también vale para el puré de topinambur que acompañaba el atún de mi otra amiga, el que si bien venía rojo al centro, estaba helado por dentro, y también traía cebolla confitada.” “En fin, el lugar es increíble y entiendo que esté lleno porque creo que no había un lugar así en La Dehesa y tampoco muchos en Santiago. Pero de que le falta, le falta.”